LOGO

 

Imagina que tu rostro cambia cada día: un día tienes barba, al siguiente no; a veces usas gafas, otras veces no; hoy sonríes, mañana frunces el ceño. ¿Cómo te reconocerían tus amigos o colegas? En el mundo empresarial, el logo es precisamente eso: la "cara" de una marca. Si no es coherente y reconocible, puede generar confusión y desconfianza.

La historia de "Sabores del Sur"

"Sabores del Sur" era una pequeña empresa familiar dedicada a la producción de mermeladas artesanales en Encarnación, Paraguay. Con el deseo de modernizar su imagen y atraer a un público más amplio, decidieron rediseñar su logo. Contrataron a un diseñador gráfico que, entusiasmado, les presentó un logo abstracto: una espiral multicolor que, según él, representaba la diversidad de sabores.

El nuevo logo se implementó en todos los envases y materiales promocionales. Sin embargo, pronto comenzaron los problemas. Los clientes habituales no reconocían los productos en las estanterías. Algunos pensaban que se trataba de una nueva marca o incluso de un producto completamente diferente. Las ventas comenzaron a disminuir.

El impacto de un logo confuso

Un logo debe ser claro y representar fielmente la esencia de la marca. En el caso de "Sabores del Sur", el nuevo diseño abstracto no comunicaba la tradición y calidad artesanal que caracterizaba a sus productos. Los clientes se sentían desconectados y confundidos.

Este tipo de errores no son aislados. Según un artículo de Tailor Brands, un logo recargado o poco claro puede generar confusión en la audiencia y alejar a los clientes.

La reacción del público

Las redes sociales comenzaron a llenarse de comentarios y memes sobre el nuevo logo. Algunos decían que parecía un caracol psicodélico; otros, que era una obra de arte moderna incomprensible. La marca, que antes era sinónimo de tradición y sabor casero, se convirtió en objeto de burlas.

Este fenómeno no es exclusivo de pequeñas empresas. Grandes marcas han enfrentado reacciones similares al cambiar sus logos. Por ejemplo, el rediseño del logo de Pepsi en 2008 fue ampliamente criticado y considerado un fracaso.

La lección aprendida

Reconociendo el error, "Sabores del Sur" decidió revertir al diseño anterior, con algunas mejoras modernas pero manteniendo los elementos tradicionales que los clientes reconocían y valoraban. Además, lanzaron una campaña explicando el cambio y agradeciendo la fidelidad de sus clientes.

Esta experiencia les enseñó que la identidad visual debe evolucionar, pero sin perder la esencia que conecta emocionalmente con el público.

Conclusión

Un logo no es solo un diseño bonito; es la representación visual de la identidad y valores de una marca. Cambiarlo sin una estrategia clara y sin considerar la percepción del público puede tener consecuencias negativas. Como en el caso de "Sabores del Sur", es esencial que cualquier cambio en la imagen de una marca sea coherente, comunicativo y respetuoso con su historia y clientes.