SIN OBJETIVOS CLAROS

Érase una vez un equipo… pero no de fútbol. Era el equipo de "RompeTuRed", una joven empresa de instalación de antenas satelitales en un pequeño pueblo llamado “San Desconectado”. El nombre sonaba moderno y disruptivo, pero en la práctica era más “rompe tus nervios” que otra cosa.

 

Su eslogan original era: “¡Conéctate al futuro hoy mismo!”, aunque, por alguna extraña ironía cósmica, el 80% de sus clientes terminaban conectándose al pasado, cuando el entretenimiento máximo era ver cómo una mosca caminaba por el techo.

 

Todo comenzó cuando su influencer estrella, Kevin, el sobrino del dueño, subió a redes un video explicando que “el satélite es como un tostador que flota en el espacio”... acompañado de una imagen de un pan inflándose en el cielo. Internet no perdonó. Los memes no tardaron, y el video se volvió viral: pero no como éxito de marketing, sino como “ejemplo de cómo NO explicarle tecnología a la abuela”.

 

Las cancelaciones llovieron como paraguas rotos en día de tormenta. Clientes furiosos, contratistas desmotivados, y para colmo, el call center se saturó tanto que una de las operadoras creyó que había desarrollado tinnitus crónico, cuando era solo el teléfono que no dejaba de sonar.

Pero lo peor de todo: nadie sabía qué hacer.

 

En la sala de reuniones, el ambiente era tan tenso que hasta el aire acondicionado decidió dejar de funcionar por respeto. Todos hablaban al mismo tiempo, como en una fiesta de cumpleaños infantil sin pastel.

 

Y fue entonces cuando el director de operaciones, don Norberto, un señor que usaba corbata hasta para regar las plantas, se levantó, golpeó la mesa y exclamó: > "¡Estamos jugando sin balón, señores!"

Silencio total. Todos pensaron que el pobre Norberto finalmente había perdido la chaveta.

 

Pero él explicó:

> “Un equipo sin balón solo corre, se cansa, tropieza, choca entre sí… y nunca hace goles. Nosotros somos ese equipo. Tenemos departamentos, tenemos estrategias, tenemos reuniones, ¡pero no tenemos el balón! Y en esta empresa, el balón es el propósito, la dirección, la claridad de qué estamos resolviendo. Si no tenemos eso, seguiremos corriendo como gallinas sin cabeza.”

 

 

A partir de ahí, la crisis se convirtió en una oportunidad de oro.

Primero, identificaron el “balón perdido”: su reputación. La gente ya no confiaba en ellos, y sin confianza, ni la mejor antena transmite nada.

 

Segundo, pusieron en pausa todas las campañas, incluso la de “Kevin baila reguetón mientras instala tu antena” (que nadie extrañó, honestamente).

Reestructuraron el mensaje: "Tecnología clara, sin cuentos ni pan volador."

 

Y aquí es donde llega lo genial: en lugar de esconder la metida de pata, la hicieron parte de su historia. Lanzaron una serie de videos llamada “La ciencia sin cuentos”, con técnicos reales explicando de forma graciosa pero precisa cómo funcionan sus servicios. Incluso el pan volador se quedó como mascota de la empresa, renombrado como #PanSat.

 

Los clientes, al ver esa humildad, autenticidad y sentido del humor, volvieron. Lentamente, pero seguros.

 

·         Una crisis de reputación mal manejada es como jugar sin balón: corres, gritas, haces movimientos espectaculares, pero no logras nada real.

·         La autenticidad recupera la confianza: admitir errores no te debilita; te humaniza.

·         La dirección es clave: si cada parte del equipo interpreta la situación por su cuenta, solo generan más caos. Un propósito común es el balón que hay que pasar.

·         Y lo más importante… el humor salva marcas: si puedes hacer que la gente ría contigo, en vez de de ti, ya llevas medio gol asegurado.

 

Recuerda que no hay peor jugada que la de un equipo corriendo detrás de lo invisible. Porque, como decía don Norberto con su sabiduría corporativa:

> “Sin balón, ni Messi puede marcar.”