Negociación

 

En el patio de recreo de la escuela, se llevaba a cabo una intensa negociación entre dos pequeños empresarios en ciernes: Monserrat y Cecilia. Estas dos niñas, de apenas siete años, habían logrado captar la atención de toda la clase con su intercambio de juguetes, y lo que empezó como un simple trueque pronto se convirtió en una lección fascinante sobre negociación, valor percibido y estrategia.

El Intercambio de Oro: La Caja de Maquillaje por la Muñeca

Todo comenzó cuando Monse decidió que su caja de maquillaje de juguete, con varios accesorios y con un espejo iluminado por varios foquitos, ya no le resultaba tan entretenido como antes. En cambio, había echado el ojo a la muñeca de Ceci, una Barbie con un vestido brillante y un peine de color dorado. Cecilia, por otro lado, estaba dispuesta a intercambiar su muñeca por la caja de maquillaje. Parecía un trato fácil y rápido, pero la situación rápidamente se volvió más complicada.

Al ver que ambos niños querían algo del otro, sus compañeros de clase, fascinados, empezaron a acercarse. Algunos, con la sabiduría inocente de la infancia, sugirieron ideas como "¡Intercámbialo ya!" o "¡Es una buena oferta!". Sin embargo, tanto Monse como Ceci parecían querer sacar el máximo provecho de este intercambio.

El Valor Percibido: Más Allá del Juguete

Monse, inspirándose en lo que había visto en una caricatura de negocios en la televisión, decidió que su caja de maquillajes valía más que la muñeca de Ceci. "Esta Caja de Maquillajes tiene todos los accesorios necesarios para verte coqueta y también el espejo está iluminado", explicó Monse con la seriedad de una pequeña empresaria que sabe el valor de su producto. "Además, es una Caja de Maquillajes, ¡y todos saben que las cajas de maquillajes son más geniales que las muñecas!"

Ceci, sin embargo, no se dejó intimidar. Con la confianza de alguien que conoce bien su mercancía, respondió: "Esta Barbie tiene un vestido especial que brilla bajo el sol. Y no solo eso, ¡es edición limitada! Además, viene con un peine dorado y zapatos extra. Tu caja de maquillajes y su espejo pueden estar iluminados, pero mi Barbie puede cambiar de ropa y estilo."

La discusión continuó mientras cada niña trataba de convencer a la otra de que su juguete tenía más valor. Aquí es donde entra en juego la primera lección sobre el valor percibido: para cada individuo, un objeto puede tener un valor completamente diferente dependiendo de sus necesidades, deseos e intereses personales. Monse valoraba el "factor genial" de su caja de maquillajes, mientras que Ceci apreciaba la versatilidad y el estilo de su muñeca.

Negociación y Estrategia: Más Que un Juego de Niños

A medida que la negociación avanzaba, Monse tuvo una idea. Recordando una historia que su abuelo le había contado sobre la famosa "negociación del plátano", decidió que la clave para obtener lo que quería era ofrecer algo adicional. "Mira, Ceci", dijo, "te daré la caja de maquillajes y también el juego de anillos y aritos que tengo si me das tu muñeca y la casita de muñecas que tienes en casa".

Ceci, mostrando una sorprendente habilidad de negociación para su edad, no se dejó llevar por la oferta. Sabía que Monse realmente quería la muñeca. "Hmm, eso suena bien", respondió lentamente, "pero también quiero las pulseras y ellos collares de color que se iluminan cuando lo mueves".

Monse se quedó pensando. Había subestimado a Ceci; ella también sabía cómo jugar el juego. Aquí, los niños comenzaron a aplicar tácticas de negociación sin siquiera darse cuenta. Monse intentó agregar valor a su oferta añadiendo más juguetes, mientras que Ceci utilizó la táctica del "y yo también quiero..." para aumentar el valor que recibiría en el trato.

Lecciones de Tácticas de Negociación: El Arte de Dar y Recibir

La negociación continuó con algunas de las otras niñas lanzando sugerencias desde la multitud: "¡Ofrece tus pinta uñas, Monse!" o "Ceci, pídele también sus pinta labios". Lo que estas niñas estaban haciendo, en realidad, era enriquecer el trato, añadiendo más elementos a la negociación. Así, sin saberlo, estaban poniendo en práctica principios de negociación que cualquier experto en el campo reconocería: la importancia de tener más de una variable en juego y cómo esto permite crear un terreno fértil para acuerdos más beneficiosos.

La negociación entre Monse y Ceci también subrayó la importancia del equilibrio entre el dar y el recibir. Ninguno de los dos quería sentirse estafado o como si hubiera dado más de lo que recibía. Este equilibrio es crucial no solo en los patios de recreo, sino en cualquier transacción de la vida real, desde comprar una casa hasta cerrar un trato multimillonario.

La Oferta Final: Aprendiendo a Llegar a un Acuerdo

Finalmente, después de mucho debate y con las otras niñas ahora formando un círculo cerrado a su alrededor, Monse decidió hacer su oferta final: "Te daré la caja de maquillaje, los anillos, los collares, las pulseras y los aretes si me das tu muñeca y la casita de muñecas. Pero eso es todo, no hay más."

María pensó por un momento. Era una oferta generosa, y aunque le gustaba mucho su casita de muñecas, también le emocionaba la idea de tener esa caja de maquillajes y todos los otros accesorios. "Trato hecho", dijo finalmente, extendiendo la mano como había visto hacer a los adultos en la televisión. Monserrat y Cecilia sonrieron, y luego estrecharon sus manos. Habían llegado a un acuerdo.

Ambas niñas intercambiaron sus juguetes, satisfechas con lo que habían logrado. Cada una sentía que había obtenido algo valioso y, más importante aún, que había ganado la negociación.

Reflexión: Negociaciones de Niños y Lecciones para Adultos

Al final del día, Monse y Ceci no solo habían intercambiado juguetes, sino que habían aprendido valiosas lecciones sobre negociación, valor y compromiso. Aunque solo tenían siete años, sus estrategias eran asombrosamente similares a las que los adultos usan en negociaciones de alto nivel. De hecho, si lo piensas bien, las negociaciones en los patios de recreo son microcosmos perfectos de cómo funcionan los negocios y las transacciones en el mundo real.

Cuando se trata de negociar, ya sea con un colega, un proveedor o incluso con tu propio hijo, las lecciones que aprendemos de estos pequeños son sorprendentes: siempre debes estar dispuesto a negociar con el objetivo de que ambas partes se sientan ganadoras, entender el valor percibido desde el punto de vista del otro, y estar listo para hacer concesiones estratégicas para cerrar un buen trato.

Conclusión: Aprendiendo de las Pequeñas Grandes Negociadoras

La anécdota de Monserrat y Cecilia es un recordatorio gracioso, pero poderoso, de que las habilidades de negociación comienzan desde temprana edad. Incluso en la infancia, entendemos instintivamente el valor, la estrategia y el arte de la negociación. Aprender de estas experiencias cotidianas no solo nos ayuda a ser mejores negociadores en la vida adulta, sino que también nos enseña la importancia del respeto mutuo, la comunicación y la voluntad de encontrar soluciones beneficiosas para todos.

Así que la próxima vez que te encuentres en una negociación, ya sea por un contrato de trabajo, un precio de compra o incluso quién va a lavar los platos esta noche, piensa en Cecilia y Monserrat y recuerda: a veces, el mejor trato no es el que gana todo, sino el que hace que ambos salgan sonriendo.